viernes, 30 de diciembre de 2011

Todas las familias felices, de Carlos Fuentes.

"(...) ella era una mujer de inteligencia extraordinaria. Adelantaba sus estudios con tal rapidez que doblaba al más aventajado. Su vocación era la filosofía, la literatura, el arte, el universo de la cultura. (...) no se casaba. O, más bien, estaba casada con el mundo de las formas estéticas. ¿Igual que usted? Sí, pero fíjese qué diferente. Ella nació en una familia acomodada. ¿Cree usted que venir de muy abajo como usted presta mayor mérito al esfuerzo por ascender? Se equivoca. Cuando se nace arriba, la tentación de dejarse ir, de se laisser aller, es muy grande. Combatir la comodidad es más difícil que pelear con la penuria. Usted tenía que lograr lo que no tenía. Ella tenía que alejarse de lo que ya tenía... (...) La mirada de mi hija era tan fuerte que prohibía la familiaridad, en casa y fuera de ella. Sus ojos nos decían a todos: 'No se acerquen. Los quiero mucho, pero me basto sola. Acéptenme como soy.' "

Fragmento de Madre dolorosa, Todas las familias felices; de Carlos Fuentes.

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