"Desesperé entonces de poder ser algo, y hallándome en el tribunal de mi propia conciencia, no sólo acusado, sino convencido de inútil, quise darme por pena de este delito la que se da en México a los que son delincuentes, que es enviarlos desterrados a las Filipinas."
Fragmento de Infortunios de Alonso Ramírez, por Sigüenza y Góngora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario