domingo, 5 de febrero de 2012

Aunque seamos malditas, de Eugenia Rico.

‎"Los ojos cerrados. Su mano en mi boca. Los ojos cerrados. Su boca en mi mano. Su labio en mi labio. Su mano en mi mano. Los ojos cerrados. Su sexo en mi boca, su boca en mi mano, su sexo en mi sexo, los labios cerrados, su grito en mi grito, su labio en mi labio, su mano en mis ojos, los ojos cerrados. 
Y huele a otro mundo, distinto y salado.
Su mano en mi boca, mi boca en su mano. Mi labio en sus ojos, su mano en mis manos, su sexo muy dentro, los ojos cerrados. Puedo ver el mundo desde donde estamos. Hay algo de plomo que estalla en mis labios. Su sangre en mi boca, su sangre en mi mano, su esencia en mi cántaro, su lluvia en mis labios, y todo despacio, los ojos cerrados. Soy dueña del mundo, y todo ha cambiado. Su grito en mi grito que sabe a mis labios. Una y otra vez. Los ojos cerrados."

Fragmento de Aunque seamos malditas, Eugenia Rico.

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