viernes, 4 de enero de 2013

El amante de Lady Chatterley, de D.H. Lawrence.


"Hacía frío y él tosía. Una brisa fina y fría azotaba la colina. Pensó en la mujer. En aquel momento habría dado todo lo que no tenía o incluso lo que podría llegar a tener por estrecharla tiernamente entre sus brazos, envueltos ambos en una manta y dormidos. Todas sus esperanzas de eternidad, todo lo adquirido en el pasado, todo lo habría dado por tenerla allí, envuelta con él en una sola manta, con calor y dormidos, simplemente dormidos. Parecía que dormir con la mujer en sus brazos era la única necesidad."


Fragmento de El amante de Lady Chatterley, de D.H. Lawrence.

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